Está impregnado de esencia poblana hecha de Talavera y cempasúchil, que se reconoce en los sabores dulces del camote y una resplandeciente fachada colonial.
Esencia que juega con la exploración física de nuestros límites corporales, aderezado con un toque tecnológico que nos pone al mundo a un touch de distancia… Sin olvidar la parte humana de nuestras manos, hechas para estrechase unas con otras y encontrar así la verdadera felicidad.
Puebla Niños mezcla de ingredientes poblanos que nos distinguen y nos mantienen en constante evolución. Esferas llenas de texturas vuelan guardando múltiples personalidades en cada tonalidad, formas que dibujan el logotipo de la barra infantil.
Los campos de cempasúchil forman con sus olores a tierra húmeda y flores fértiles caracteres armónicos llenos de tolerancia, hermandad, amistad y amor. La consciencia sobre derechos humanos predominante en la estela naranja.
La talavera con el perfeccionismo arraigado de la técnica artesanal colorea de un azul fuerte la figura redondas e inquietas,espíritu de la innovación. Brillo de las piezas que refleja compromiso con el estudio de los diferentes fenómenos de la naturaleza, educación ejemplificada en cada uno de los rasgos del arte barroco tan representativo de la arquitectura poblana.
La riqueza suave y extrovertida de los dulces típicos poblanos condimentan y vuelan en cada sensación agridulce.
Estas esferas juegan con el logo de Puebla niños, integrándolo a una dinámica de cambio y transformación, el carisma es el hilo conductor de la felicidad vivida por el contenido de la barra infantil, así como estos rasgos personales vuelan en el viento, como si se tratarán de dientes de león que chocan de vez en cuando para formar a Tek, Fik y Kip y claro los rebotes azules y amarillos de Pik y Pok.
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