La tradición más difundida cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, y que iban guiándose por una estrella que les condujo hasta Belén...
Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro, incienso y mirra...
Antes de llegar, encontraron al Rey Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño; y, así, poder ir él también a adorarle...
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