miércoles, 13 de febrero de 2013

Mañana el día del Amor y la Amistad o el día de San Valentín.


En un lugar no muy lejano ni muy desconocido....

Un señor cualquiera se despierta y arranca el día a toda prisa. Hace lo típico, lo que quizá todos los humanos hacen al despertarse: asearse, vestirse, comer y salir al trabajo.

Dependiendo en lo que trabaje será el tiempo libre que tiene, así que supongamos que es un oficinista que apenas tiene unos segundos para mal comer un emparedado.

Tras una larga jornada se dirige a su hogar, con la cabeza cansada y el caminar taciturno (es decir silencioso), llega a su casa y tal vez tiene ganas de jugar con su hijo (ese hijo podemos ser todos) pero como ya es tarde, lo encuentra dormido.

Y pueden pasar los días y los meses y es la rutina, pero entonces aparece un día que hasta cliché y consumista de origen es: el día del amor y la amistad o de San Valentín, y en su oficina organizan un convivio y sale temprano y llega a su casa y encuentra a su hijo despierto y le dice (a lo mejor cobijado por la efervescencia del día) que lo quiere mucho y que si quiere jugar un rato.



Pasan una tarde de maravilla jugando con cierta holgura, y a lo mejor muchas personas al mismo tiempo les sucede lo mismo, y habrá muchas a las que no, pero también existirán muchas situaciones parecidas pero diferentes, el amigo que le dieron el día y te llama, el convivio escolar que permite jugar más con todos; es ahí cuando vemos que todas las tradiciones tienen dos miradas ocultas.

Así que Feliz día de San Valentín o del amor y la amistad, más tarde la historia.

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